El Ejército turco inició un ataque aéreo en el norte de Irak que se saldó con la muerte de 35 civiles de origen kurdo. Según el Gobierno de Turquía se había confundido a este grupo de personas con guerrilleros del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El ataque se produjo el pasado miércoles 28, sobre la medianoche, en una zona fronteriza con Irak. Cerca del pueblo de Ortasu, en la provincia turca de Uludere, se encontraba un grupo de personas que trabajaban de contrabandistas, y que resultaron ser las victimas del ataque. Estos transportaban en mulas de carga cajetillas de tabaco y bidones de gasóleo procedentes de Irak.
Según un comunicado emitido por el Estado Mayor, durante el miércoles entre las 19.37 y 20.34 horas GMT se efectuó un bombardeo aéreo en el norte de Irak, en los montes de Sinat-Haftanin. El ataque tenía la finalidad de acabar con las bases que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) tiene asentadas en la zona.
El bombardeo se efectuó sobre lo que los militares turcos creyeron que era un grupo de guerrilleros de una «organización separatista terrorista», en referencia al PKK, que se aproximaban a la frontera turca y que fue percibido por aviones no tripulados pertenecientes al Ejército turco.
El Ejército turco se justificó afirmando que la zona atacada es utilizada con frecuencia por terroristas y que, además, no suele haber presencia de civiles. Por ello, dieron por hecho de que se trataba de un ataque inminente contra puestos fronterizos de Turquía. También alegaron en el comunicado que en otras ocasiones el PKK utilizaba mulas para transportar armamento pesado, en referencia a las mulas utilizadas por los contrabandistas.
Por su parte, la organización terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán ha realizado el viernes un llamamiento para que se efectúe una revuelta como venganza por la muerte de los 35 civiles kurdos a manos del Ejército turco.
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Patricia Ariza Sánchez