Hay una alerta roja para solicitar el arresto de Jean-Claude Mas, fundador en 1991 de la sociedad de fabricación de los implantes mamarios Poly Implant Prothèse (PIP). Pero no por su “crimen contra la salud” sino por conducir ebrio en Costa Rica, asegura un informe de la Interpol.
Por otra parte el ministerio de sanidad español ha encargado un estudio urgente sobre los implantes mamarios en los que se analizaran las prótesis retiradas en marzo de 2010 por su mala calidad y riesgo de rotura, pero que a pesar de ello aun llevan cientos de mujeres después de que en Francia haya recomendado a sus ciudadanas que se las extraigan. Más de 30.000 mujeres llevan prótesis PIP, y se operaran para extraérselas. Estas medidas preventivas las sufragara la sanidad pública y costará unos 60 millones de euros. Pero solo ha sido Francia la que, de momento, recomiende su extracción aunque se han dado casos en toda Europa, donde recomiendan un seguimiento médico constante sin dejar de valorar la extracción.
El comité de seguridad sanitaria de la comisión Europea, tras la reunión con los responsables sanitarios de los 27 estados miembros, mantuvo que la decisión sobre las prótesis debe tomarla cada país. Para ello se estudiarían los riesgos.
Unas 2000 afectadas, en Francia, crearon una plataforma que presento varias denuncias contra el fabricante por casos de rotura, inflamación y cáncer. Aunque esta última sospecha quedo rechazada por el Instituto Nacional del Cáncer. Esta provoco el quiebre en el 2010.
En España, también, una asociación de afectadas en valencia trata de reunir mujeres para presentar na demanda conjunta. En Cataluña y Valencia más de 1000 mujeres recibieron estos implantes tras una reconstrucción mamaria derivada de un cáncer. En Reino Unido, 200 mujeres han denunciaron a las seis clínicas privadas que las operaron.
Las quejas sobre los implantes PIP se han sucedido pues desde el 2010 las autoridades francesas detectaran que el gel utilizado por el fabricante en las prótesis PIP era defectuoso e infringía las reglas europeas.
La AEMPS dice que no es posible hacer una estimación firme de cuántas mujeres podrían llevar estos implantes pues empresa distribuidora y el fabricante han desaparecido. Por eso, las autoridades sanitarias españolas piden a estas mujeres que comprueben que su prótesis es de la empresa PIP y, de ser así, que contacten con su médico para someterse a un seguimiento adecuado, que incluya un control ecográfico anual o con una frecuencia mayor a criterio del cirujano. En el caso de que se detecte o sospeche la rotura del implante, la AEMPS asegura que debe procederse a su explantación.
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Blanca Ballesteros Iglesias